SE SUGIERE REMITIRSE A LA SIGUIENTE DIRECCIÓN
PARA AMPLIAR LA POSTURA SOBRE EL TEMA:
http://contrarevistaarbitradas.blogspot.com/
COMPILACIÓN: Ángela Ortiz Nava
El profesionista de cualquier área tiene la
necesidad de publicar en revistas los resultados de su trabajo, con el fin de
darlo a conocer, difundirlo ampliamente y sujetarlo al juicio de la comunidad
que realiza las mismas actividades, para que exista un intercambio de ideas y
seguir avanzando en el ámbito del conocimiento.
Sin embargo, en ocasiones, a pesar de los
esfuerzos del autor, la información que se genera y difunde a través de una
publicación contiene errores graves: datos equivocados, conceptos obsoletos, el
uso de técnicas inadecuadas en la investigación, fuentes de consulta erróneas,
etc.; las personas con experiencia en el tema descartarán esta información, en
cambio otras, si no tienen los antecedentes necesarios para discernir si la
información es correcta, pueden dejarse llevar por planteamientos y
conocimientos equivocados, reflejándose en ocasiones en las actividades
profesionales que estén desarrollando. Por lo tanto, desde hace varias décadas,
surge la necesidad de respaldar la información que se publica por medio de las
revistas arbitradas, que en conjunto con sus políticas y normas editoriales
certifican la calidad de la información que contienen.
En este aspecto, una Revista Arbitrada es aquella que somete sus artículos a la revisión de expertos en el tema que se está tratando; el asunto es que esos expertos entienden para sí la verdad desde una objetividad indivudualista cuya tendencia es a rechazar todo aquello que viene con carga de novedoso o auténtico. Cada artículo es examinado al menos, por dos personajes que se les conoce como árbitros, generalmente son externos al comité editorial; poseen una honestidad, reconocimiento y credibilidad nacional o internacional; han publicado artículos referentes al tema en cuestión en revistas arbitradas y de alto impacto, por lo cual conocen bien los procesos de revisión y la responsabilidad que están desempeñando. El tipo de arbitraje puede ser conocido o anónimo, en el primero, los árbitros saben de quién es el trabajo y a su vez el autor conoce por quienes fue revisado. El segundo combina diferentes formas de anonimato: los autores no saben quienes son los árbitros, ni éstos, de los autores (a doble ciegas); el examinador conoce a los autores, no así los autores al examinador; por último el autor conoce al revisor, pero el revisor no conoce al autor.
El resultado del arbitraje tiene tres opciones: aprobado para publicar de forma inmediata, aprobado para publicar si realiza las modificaciones sugeridas por los árbitros y la tercera, es el rechazo del trabajo con los comentarios necesarios del porqué no fue aceptado. Lo difícil en esta situación es que lo no aceptado, en su mayoría, es por el hecho de ser en extremo novedoso o en extremo un texto plagiado o muy malo, pero nunca la explicación de “por qué no”, satisface a las partes involucradas.
En cuanto a las características de una revista arbitrada. esta debe de estar respaldada por una serie de normas y políticas editoriales internacionales, éstas le dan consistencia y certifican su calidad en los contenidos y en los procesos de revisión y edición.
Las normas más comunes referentes a la revista son: establecer los temas que puede abordar y que su titulo refleje esta información (“Geology”, “Mineralium Deposita”, “Geophysical Prospecting”); que se encuentre indizada en publicaciones de referencia y/o bases de datos (Science Citation Index, Latindex, Georef, Geomex, etc.); su inscripción en registros de publicaciones nacionales e internacionales (ISSN). Además, determinan las características del equipo editorial, los derechos de autor, la periodicidad de la publicación, los formatos de presentación (impresa y/o electrónica), los idiomas que se aceptan, el periodo máximo para correcciones, códigos de ética, etc. Los lineamientos con respecto al arbitraje son muy importantes ya que repercute directamente en la calidad del artículo, por lo que se requiere determinar entre otras cosas, el tipo de arbitraje, el número de árbitros por trabajo, los requisitos mínimos que debe tener cada examinador, fijar los tiempos de revisión, entre los más comunes.
Las normas para los artículos son básicas, en ellas se establece las características en cuanto a la estructura de los trabajos, por ejemplo: que el título de un artículo proporcione un panorama concreto de su contenido y no rebase cierto número de palabras; que contenga un resumen, palabras clave y que junto con el título estén también en ingles, ya que se considera que es el idioma de la ciencia y permite una mayor difusión. Por lo general también indican que el autor principal se responsabiliza de que el orden de las menciones de autoría son en función de la participación que tuvieron, de adjuntar sus direcciones completas para que cualquier persona pueda establecer contacto, que indique la dependencia donde laboran; contenido completo de citas y referencias bibliográficas; un número de páginas máximo por artículo, el tamaño y tipo de letra, numeración de figuras, orden de la bibliografía, etc.
El proceso de edición de una revista arbitrada es muy complejo, generalmente el cuerpo editorial esta dividido en dos partes: la edición técnica y la edición científica con un editor en jefe que forma parte del segundo grupo y coordina todas las actividades. La edición técnica debe de revisar que los artículos estén estructurados con todos los lineamientos de forma establecidos en sus políticas de diseño, arma la revista y realiza los procesos necesarios para su impresión. La edición ó comité científico esta formado por especialistas en los temas que aborda la revista; se encarga de analizar de manera preliminar el contenido del artículo y que cumpla con las políticas marcadas, si pasa esta primera revisión procede a designar a los árbitros y enviarles el trabajo para su análisis; interviene en el proceso de recepción y revisión de las corrección de los artículos. Es común realizar de dos a tres ciclos editoriales, que pueden retardar la edición.
Criterios de evaluación de una revista arbitrada. La revista necesita ingresar a bases de datos y/o a publicaciones de referencias especializadas donde todos sus artículos son indizados para que las personas interesadas en ciertos temas puedan realizar búsquedas y localizar la información que les interesa. Estas bases de datos son generadas por diferentes instituciones particulares o de gobierno y garantizan que las revistas que manejan tienen contenidos de calidad. Por tal razón, cuando las revistas solicitan su ingreso son evaluadas de acuerdo a ciertos criterios, siendo los principales: su puntualidad de emisión, el área que aborda la revista, que sea internacional (editores, autores, árbitros de diferentes nacionalidades), que tenga distribución y lineamientos editoriales internacionales. Además de otros requisitos que ya dependen de las normas de evaluación de cada institución, como antigüedad, idioma, revisión de citas, que tenga un sitio web, etc.
Por ejemplo, el Institute Science Information (ISI) es un instituto pionero en su género, desde hace varias décadas se encarga de evaluar la calidad de la información científica a nivel mundial, desarrollando la base de datos Science Citation Index (SCI), siendo la de mayor reconocimiento internacional, en su sitio web maneja 8700 títulos de revistas internacionales en las áreas de ciencias, ciencias sociales, artes y humanidades. Cada año el ISI analiza las solicitudes de ingreso de alrededor de 2000 revistas, de las cuales solo del 10 al 12% es aceptada. Cada titulo de revista paga una cuota de inscripción anual (alrededor de 10,000 dólares), la consulta de su base de datos por Internet también tiene un costo de suscripción. Cualquier artículo que se localice en esta base implica calidad, da reconocimiento al autor y muchas instituciones lo toman como un requisito para evaluar al personal en términos altos, esto último ocasiona cierta polémica, ya que todos quieren publicar en revistas incluidas en el SCI porque son mejor evaluados, existiendo cierta inconformidad por muchas revistas de gran calidad que no pueden pertenecer a esta base de datos por circunstancias ajenas a la revista, cuestionando los criterios de evaluación del ISI, “en 1994 en México, se consideró que 20 revistas eran de excelencia y sin embargo, solo dos de ellas aparecen en el SCI”.
Afortunadamente se han desarrollado otras alternativas en bases de datos de referencias de alta calidad, permitiendo que no haya cierto monopolio (en ciencias de la tierra Georef, Geobase, Asfa, todas con costo para su consulta); o bien varios organismos unen sus esfuerzos para generar bases de datos gratuitas donde evalúan las revistas y respaldan su calidad como es el caso de Latindex que actualmente cuanta con 1000 títulos de revistas académicas; otra opción es a través de instituciones que certifican la excelencia de una revista como es el caso de CONACYT en su “Índice de revistas mexicanas de investigación científica y tecnológica”
Como puede concluirse, el editar, evaluar y difundir una revista arbitrada es una tarea complicada, pero permite ofrecer calidad en la información, beneficiando a los lectores, a los autores de los artículos, a los árbitros y principalmente al aprendizaje, evolución y desarrollo del conocimiento.
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